Descubren ‘orificios de bala’ en antiguos cráneos prehistóricos de hace miles de años

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Se han descubierto cráneos prehistóricos con pequeños agujeros redondeados, los cuales pudieron ser causados por un proyectil de alta velocidad.

Hasta el día de hoy sigue siendo un enigma, los cráneos con orificios que se han encontrado y que datan de hace miles de años atrás. Es como si viajeros en el tiempo o ‘seres de otros mundos‘ hubiesen ido al pasado, y dispararan con un tipo de arma directo a la cabeza de estos individuos. O acaso sería posible que el hombre antiguo llegó a niveles tecnológicos iguales, o incluso superiores a los que disponemos actualmente en cuanto a armas se refiere.

Todo comienza en 1921, cuando el minero suizo Tom Zwiglaa estaba en busca de depósitos de minerales metálicos en la cantera de las cuevas de Kabwe, Zambia. Ahí se encontró con los restos de un cráneo de 125.000 a 300.000 años de antigüedad, pertenecientes al extinto Hombre de Rhodesia (Homo Rhodesiensis). De hecho, fue el primer fósil que se descubrió en África que tenía las características del Homo Heidelbergensis; aunque posteriormente sería clasificado en el linaje de Neandertal africano debido a su tamaño.

La calavera en cuestión presentaba 2 orificios redondeados, ambos con el mismo diámetro; ya que tenía un agujero de entrada en el hueso temporal izquierdo y daños por la cara interna del hueso temporal derecho. Esto sugiere que un tipo de proyectil entró por la parte izquierda, y atravesó con tanta fuerza el cráneo que destrozó por completo la parte derecha. Posteriormente el cráneo fue sometido a numerosos estudios para tratar de explicar el origen de los orificios. En primer lugar, se descartó la posibilidad de que las heridas fueran provocadas por una flecha o lanza, ya que la herida se vería totalmente diferente. Por lo tanto, la única conclusión es que los orificios fueron causados por un proyectil de alta velocidad, de las mismas características que las balas de arma de fuego.

OTROS CRÁNEOS PREHISTÓRICOS CON ‘AGUJEROS DE BALA’

En otros lugares del mundo también se han encontrado cráneos con orificios similares, en especial uno que fue hallado dentro de la Cueva de Toll; situada en un poblado cerca Barcelona, en España. El cráneo tenía unos 10 000 años, y perteneció a un ejemplar del Homo Sapiens el cual se presume tenía unos 50 o 60 años cuando murió. Este individuo tenía un orificio situado en la zona frontal inferior de su cráneo, por lo que al principio se le atribuyó a una flecha o trepanación. Sin embargo, las características del orificio no concordaban debido a que era demasiado limpio y circular. Al igual que el caso anterior, se empezó a especular que era bastante similar a los agujeros de bala producidos por arma de fuego. Pero, ¿Armas de fuego en la prehistoria?, ¿Cómo puede ser esto posible?

Pronto los investigadores y forenses se pusieron manos a la obra para explicar de manera lógica estos cuestionamientos. Se decidió hacer un estudio con radio-escáner a los restos, llegando a la conclusión de que las heridas no fueron provocadas de afuera hacia adentro, sino al revés… un cuerpo alojado en el cráneo salió hacia afuera provocando el orificio. Pero, ¿que pudo haberlo perforado? Según el doctor Miguel Botella, se trataría de un proceso infeccioso (Sinusitis crónica) en la cual los senos paranasales se llenaron de mucosidad o pus hasta formar un quiste (Mucocele), y el cual supuró hasta terminar afectando de una u otra forma el hueso frontal de la víctima. Además de esto, los estudios determinaron que el individuo también padecía de osteoporosis y artrosis reumática.

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¿DISPAROS DE BALA EN ANIMALES PREHISTÓRICOS?

Por si esto fuera poco, el misterio continuaría con el hallazgo de un cráneo proveniente de un animal extinto. En el valle del río Lena, en Rusia, se descubrió la cabeza de un Uro (Bos Primigenius); una especie de bisonte extinto hace 4000 años que habitó la región de Yakuzia, en Siberia Oriental. Al igual que los cráneos anteriores, este presenta una curiosa marca perfectamente circular, y el tejido óseo está calcificado; dando a entender que la herida sanó y el bisonte logró sobrevivir.

Este animal coincidió en el tiempo con los Neandertales, entre los 27000 y 8000 años antes de cristo. En esta época los hombres primitivos cazaban y se defendían con herramientas muy rudimentarias tales como el hacha y la piedra. Por lo tanto, es casi imposible que el orificio craneal del animal haya sido provocado por alguna de las herramientas mencionadas. Si hubiese sido provocado por el impacto de una piedra, esta tuvo que ser de un tamaño muy pequeño y redonda, de tal forma que coincidiera con la forma del agujero que se muestra en la imagen. Además tendría que ser lanzada con la suficiente fuerza y potencia para lograr penetrar la pared craneal del animal; pero aun así una piedra generaría solo una hendidura no circular.

Teniendo en cuenta que el cráneo del bisonte tiene un orificio de entrada y otro de salida, es más factible pensar que fue efectuado por bala de arma de fuego, y no por una piedra o alguna otra herramienta o utensilio cortante e incisivo utilizada por los neandertales. También se habló de una posible trepanación, pero esta práctica solo se realizaba en humanos, y no existe ningún caso de este procedimiento aplicado en animales.

Además la trepanación no era factible en aquellos tiempos, pues es ilógico pensar que un homínido tuviera más conocimientos que sus propios instintos. De hecho la trepanación en animales, actualmente se emplea con fines quirúrgicos en los caballos por médicos veterinarios; pero en la prehistoria no había un ser tan ‘inteligiente’ que lo llevara a cabo en animales.

CONCLUSIONES FINALES

Como se expuso a lo largo de este artículo, hay varias hipótesis que se barajan en determinados ambientes científicos, algunas más increíbles que otras; ya que en ocasiones la ciencia nos sorprende con aciertos y errores en busca de la verdad sobre casos tan polémicos como este. Como bien se mencionaba en un inicio, muchos arqueólogos no convencionales consideran la posibilidad de que el hombre antiguo llegó a niveles tecnológicos mucho más avanzados que los que disponemos hoy en día. Por otro lado, hay quienes creen que se trate de viajeros del tiempo, o quizás otra raza humanoide habría habitado este planeta mucho antes que nosotros.

La realidad es que no tenemos idea de qué sucedió exactamente en la Tierra hace miles de años, pues muchos seguimos confundidos acerca de los orígenes de la vida, y cómo es que algunas civilizaciones evolucionaron y desaparecieron. ¿Será acaso que existe la arqueología prohibida? quizás la verdad acerca de los orificios de estos cráneos nunca salga a la luz, y puede que algo muy inquietante haya pasado antes.

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