La tumba de Cleopatra podría estar bajo el agua, en Alejandría – La verdad revelada

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El importante egiptólogo Zahi Hawass, ha invertido más de 12 años de trabajo buscando las tumbas de Cleopatra y Marco Antonio, en un templo cerca de Alejandría.

Por mucho tiempo se ha buscado en vano, el paradero de la tumbas que contienen los restos tanto de Cleopatra, como los de su amado Marco Antonio. Es por ello que junto a la sepultura de Nefertiti, ha pasado a convertirse en uno de los grandes misterios sin resolver que alberga las tierras del antiguo Egipto. Sin embargo, en el año 2005 el egiptólogo Zahi Hawass, en compañia de la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, emprenderían una excavación en las ruinas del templo de Taposiris Magna; un complejo monumental ubicado a unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría.

Durante las excavaciones lograron encontrar monedas y estatuas con la imagen de Cleopatra, así como un gran cementerio en el exterior del templo. Estos hallazgos hicieron pensar a Martínez que los restos de Cleopatra, así como los de Marco Antonio, yacían enterrados en alguna zona del lugar. Por otro lado, Hawass no compartía este pensamiento, pues estaba convencido de que los antiguos egipcios no enterraban a nadie dentro de un templo. Además hizo énfasis en que los templos eran construidos con la finalidad de rendir culto, y el templo de Taposiris Magna fue utilizado específicamente para rezarle al dios Isis.

A pesar de estas diferencias, siguieron excavando en el lugar por un periodo de doce años (2005-2017), sin obtener rastros de la tumba tanto de Cleopatra, ni mucho menos del ex militar Marco Antonio. Al ver que no había ninguna prueba de la existencia de estas tumbas, Hawass llegó a la conclusión de que el templo ya había sido lo ‘suficientemente excavado’. Posteriormente decidió dejar la excavación, para embarcarse hacia el Valle de los Reyes de Luxor en búsqueda de las tumbas de Nefertiti y Anjesenamón.

Vista aérea de las ruinas del templo de Taposiris Magna
La arqueóloga Kathleen Martínez, junto a Zahi Hawass, buscando en las ruinas del templo
En el mismo sitio se encontraron monedas con el rostro de Cleopatra.
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¿EXISTE ALGUNA PISTA QUE INDIQUE DONDE SE ENCUENTRA LA TUMBA DE CLEOPATRA?

Tras la muerte de Cleopatra, Egipto pasó a formar parte del Imperio Romano. Aunque siempre se ha dicho que se suicidó con la mordedura de una serpiente, lo cierto es que su tumba jamás ha sido encontrada por lo que tampoco se ha sabido nunca la causa real de su muerte. A raíz de esto, se han planteado algunas hipótesis sobre la posible localización de la tumba. La más popular es lo que expone el mismísimo Zahi Hawass. El plantea que dado que los restos de la monarca no fueron hallados en el antiguo templo de Taposiris Magna, posiblemente fue enterrada en Alejandría, donde nació y gobernó desde su palacio real, una ciudad diezmada por el tsunami del 365 d.C.

De ser posible esta teoría, estaría enterrada dentro de una tumba que mandó construir cerca de su palacio y que actualmente se encuentra bajo las aguas del mediterraneo, en Alejandría. Además, se cree que Marco Antonio fue enterrado junto a ella, por lo que esto aumenta más la expectación. Por otro lado la egiptóloga del Museo de Manchester, Joyce Tyldesley, quien además es autora del ensayo “Cleopatra, la última reina de Egipto”; puso en duda su envenenamiento y recalcó otra posibilidad sobre el paradero de su cadáver. Joyce expone en su tesis que Cleopatra pudo haber sido incinerada, y sus cenizas fueron depositadas en una tumba que podría estar localizada en una región desértica al noroeste de Egipto, en Alejandría.

Los restos de Cleopatra podrían yacer bajo las aguas del Mediterraneo, en Alejandría

Cabe mencionar que la idea de que los restos de Cleopatra y Marco Antonio yacen juntos en un lugar indeterminado, ha sido acogida con incredulidad por parte de la comunidad arqueológica internacional. Ambos personajes murieron en un período de guerra y la gente de Roma no los quería. La historia cuenta que cuando Octavio derrotó a Marco Antonio en Alejandría, éste se suicidió. Ante esto Cleopatra prefirió renunciar a la vida antes que aceptar la caída de la civilización faraónica y jurar obediencia a Octavio, convertido en el 27 a.C. en el primer emperador romano bajo el nombre de César Augusto.

Se cree que la última faraona de Egipto ordenó en su lecho de muerte, que sus tumbas fueran escondidas en algún lugar más protegido, y así poder seguir su camino hacia el más allá. Por lo tanto Cleopatra prefirió morir como reina, antes que ser sometida y verse humillada ante el pueblo romano. A dos milenios después de su muerte, el lugar de reposo tanto de Cleopatra como el de su amado, siguen siendo una interrogante. A pesar de que la arqueóloga Kathleen Martínez continua en la búsqueda, de encontrarse algún día los restos de ámbos pasarían a convertirse en el hallazgo arqueológico más importante del siglo XXI.

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